Como les comenté anteriormente, debemos entender que el público no es el enemigo, sino que, son personas que consideran que quien les habla puede aportarles algo, que no van a perder el tiempo escuchándole. Por ello, no se debería tener un miedo desproporcionado a hablar en público, algo que, sin embargo, suele ser bastante habitual. Como les comenté anteriormente, debemos entender que el público no es el enemigo, sino que, son personas que consideran que quien les habla puede aportarles algo, que no van a perder el tiempo escuchándole. Por ello, no se debería tener un miedo desproporcionado a hablar en público, algo que, sin embargo, suele ser bastante habitual. Tener miedo antes de una intervención pública es algo natural, por lo que uno no debería ser excesivamente autocrítico consigo mismo porque le ocurra esto, y no por ello ha de considerarse una persona incapaz e insegura. Hay que analizar este miedo que a uno le atenaza y tratar de descubrir las causas que lo originan. Uno se dará cuenta de que gran parte de este miedo es irracional, no obedece a motivos lógicos (miedo de hacer el ridículo, de que se rían de uno, de tartamudear, de hundir el prestigio profesional, de que le abucheen, etc.). Son situaciones que no van a ocurrir y por lo tanto este miedo hay que rechazarlo por absurdo. Otro tipo de miedo sí puede ser racional: obedece a situaciones adversas que pueden presentarse como quedarse en blanco, no saber contestar a una pregunta, que no funcione el proyector, etc. Frente a este miedo racional lo que hay que hacer es tomar todas las medidas posibles para reducir al mínimo las posibilidades de que estas situaciones se produzcan. Por ejemplo, llevando fichas de apoyo, preparando el discurso a conciencia, verificando previamente de que el proyector funciona correctamente, etc. A veces también preocupa el pensar que el público pueda darse cuenta del miedo que uno tiene (sudores, temblor en la voz o en las piernas, cara demacrada, etc.), pero es muy difícil que esto ocurra: Son reacciones físicas que uno percibe intensamente pero que apenas son percibidas por terceros. Además, en el caso hipotético de que así fuera, el público pensaría que son reacciones muy naturales y que a cualquiera le podría ocurrir. La mejor forma de combatir el miedo es con una adecuada preparación: hay que trabajar y ensayar la intervención con rigurosidad. Cuando se domina la presentación se reducen drásticamente las posibilidades de cometer errores; esto genera confianza y disminuye el nivel de ansiedad. También resulta muy útil pensar en positivo, es decir, en la satisfacción tan enorme que a uno le produciría obtener un gran éxito. El orador debe auto-convencerse de que con una buena preparación este éxito está al alcance de la mano. Otro modo de combatir el nerviosismo es realizar, unas horas antes de la intervención, algún ejercicio físico intenso (un partido de tenis, salir a correr, etc.). Esto contribuye a quemar energías y genera un cansancio físico que ayuda a calmar los nervios. Cuando llega el momento de la intervención uno debe auto-imponerse tranquilidad, especialmente en los momentos iniciales de la misma. Si uno consigue sentirse cómodo al principio, es posible que mantenga esta línea durante el resto de la intervención. Subir al estrado con tranquilidad, sin prisas, mirar al público unos instantes mientras se le saluda, ajustar el micrófono, organizar las notas… y comenzar a hablar despacio. A lo que nunca se debe recurrir es a tomar pastillas o un par de “copitas”, ya que podrían generar un estado de aturdimiento que dificultase la exposición. En todo caso, un cierto grado de nerviosismo puede que no venga mal, ya que permite iniciar la intervención en un estado de cierta agitación y con mayor energía. En otra entrega les comentaré sobre la Preparación de la Intervencióndonde debemos tomar en cuenta al público asistente, el motivo de nuestra intervención, el tema a tratar, lugar de la intervención y el tiempo asignado. … y aprovecho para finalizar, comentar que el próximo domingo 08 de Julio del 2012 en una Sala de Conferencia Virtual a partir de las 9 am (Hora de Venezuela) estaremos finalizando un TALLER DE ORATORIA Y LIDERAZGO, EL ARTE DE HABLAR EN PÚBLICO… Donde varios alumnos destacados, de diferentes países (quienes realizaron el taller durante 8 semanas) expondrán ante un auditorio de más de 50 invitados; quienes evaluarán sus discursos. Si algunos de los visitantes de esta página se animan o quieren asistir a esta final, puede solicitar un “Pase de Cortesía” al siguiente correo:albertoinformacion@gmail.com… cabe destacar, que para el Próximo domingo 22 de julio a partir de las 10am (Hora de Venezuela) se dará inicio a otro Taller y todos los asistentes a esta final (domingo 08 de julio a las 9am hora de Venezuela) tendrán prioridad y un descuento especial… Los cupos a este nuevo taller están limitados a 20 participantes. Como siempre, nos gustaría que recomendasen esta página entre sus amigos y amistades a través de las redes sociales Saludos desde Venezuela Alberto Rivas
Acerca de Prof. Alberto Rivas
El Prof. Alberto Rivas imparte sus conocimientos en la Universidad Bolivariana de Venezuela en la cátedras Lenguaje y Comunicación, Formación Socio-Política, Orientación y Arte. Ha dirigido durante casi 20 años el taller de oratoria y liderazgo “El arte de hablar en público” el cual ha dado origen a su libro electrónico “El arte de hablar en público para empresarios y hombres de negocios”.