No debemos pretender hablar en público siempre con el mismo estilo: hay que hacer ajustes a la intervención, a las características de cada momento u ocasión. Cuando tenemos que hablar delante de un auditorio, el estilo que adoptemos para nuestro discurso va a depender de muchos factores, entre ellos los aspectos que señalé en mi artículo anterior. Es decir, lo determina el motivo de la participación, el objetivo que se quiere lograr, la asistencia… entre otros. Por lo que podemos presentar un mismo tema de modos muy diferentes (por ejemplo, los resultados favorables obtenidos durante el año en una empresa lo podemos presentar y enfocar ante la junta directiva de una manera y ante los empleados, para felicitarlos por las metas logradas, de otra manera… es el mismo tema pero con escenarios diferentes). No debemos pretender hablar en público siempre con el mismo estilo: hay que hacer ajustes a la intervención, a las características de cada momento u ocasión. Un discurso puede ser formal o informal, sobrio o entusiasta, cercano o distante, serio o desenfadado, monólogo o participativo… Con apoyo visual (proyector) o no. Por ejemplo: En un acto gubernamental debemos procurar que nuestro discurso sea formal, sobrio y riguroso. En una presentación de un proyecto técnico nuestro discurso debe ser muy experto y preciso, puede ser más informal y cercano en su estilo, se utilizará apoyo visual, posibilidad de preguntas y respuestas, etc. En la inauguración de un evento festivo: informal (aunque no por ello menos preparado), divertido, entusiasta (con toques de humor, anécdotas, ironía, etc.), debe ser más cercano. Si estamos en un banquete de boda: informal, familiar, entrañable, breve. Como oradores debemos buscar darle a nuestra intervención el “toque” que logre el mayor impacto posible con el público. Si no tenemos claro cual es el enfoque apropiado, debemos hablar con alguna persona experta o con los organizadores del acto para conocer su opinión. Si tenemos dudas es preferible adoptar un estilo conservador, porque resulta menos llamativo hablar de manera formal en un acto informal, que hablar de manera informal en un acto formal. El cómo vestirnos, también puede venir determinado por el tipo de acto (nuestro atuendo para participar en el Congreso de Diputados no debe ser igual que en un meeting político). Para captar la atención del público, no debemos descuidar esos detalles, pues a lo mejor se irán con la impresión de que el discurso ha estado completamente fuera de lugar. Y como observación final… Una pizca de humor, sabiamente administrado, no está reñido con la seriedad ni con el rigor (además, ayuda a acercarse a la audiencia). Si te gustan estos comentarios nos sentiríamos agradecidos si los compartes con tus amigos y contactos en la red… En la próxima entrega les hablaré sobre cómo cautivar la atención y el interés del público. Para cualquier información, orientación u asesoría, sin ningún tipo de compromiso, me puedes contactar albertoinformacion@gmail.com
Acerca de Prof. Alberto Rivas
El Prof. Alberto Rivas imparte sus conocimientos en la Universidad Bolivariana de Venezuela en la cátedras Lenguaje y Comunicación, Formación Socio-Política, Orientación y Arte. Ha dirigido durante casi 20 años el taller de oratoria y liderazgo “El arte de hablar en público” el cual ha dado origen a su libro electrónico “El arte de hablar en público para empresarios y hombres de negocios”.